Manolo Valdés, regresa a Roma después de 25 años (Galleria Il Gabbiano, 1995), con una exposición individual titulada Le forme del tempo (Las formas del tiempo) celebrada en las magníficas salas del Museo di Palazzo Cipolla comisariada por Gabriele Simongini. Alrededor de setenta obras de arte (del taller del artista e importantes colecciones privadas) entre pinturas y esculturas (en madera, mármol, bronce, alabastro, latón, acero, hierro, etc.), algunas de ellas monumentales, narrarán la trayectoria creativa de Valdés desde principios del siglo XIX. -ochenta (poco después del final de su experiencia en Equipo Crónica) hasta la fecha. En la búsqueda figurativa y lúdica visionaria de Valdés, los artistas de un pasado más o menos lejano (de Velázquez a Rubens, Zurbarán, El Greco, Ribera a Léger, Matisse, Lichtenstein, etc.), se convierten en interlocutores con los que dialogar. contactar y rendir homenaje, ampliar el espacio polifónico de su obra. Es como si la imagen que Valdés plasmó en un pasado más o menos lejano se hubiera transformado, adoptando los cambios del arte posterior (especialmente a través del Informalismo y el Pop Art) hasta aparecer de nuevo frente a nosotros, con los agujeros. y lágrimas del material marcado por el largo viaje en el tiempo. El catálogo de la exposición, publicado por Manfredi Edizioni, contendrá textos del profesor Emanuele, Gabriele Simongini y Kosme de Barañano, así como las obras de arte expuestas y una extensa bio-bibliografía. Manolo Veldés nació el 8 de marzo de 1942 en Valencia, España. En 1957 ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia. Dos años después, dejó la escuela para dedicarse por completo a la pintura. En 1962 participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes, presentando la obra de arte ‘Barca’ (hoy conservada en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía), en la que ya son evidentes los que serán los elementos constantes de su pintura: la tema figurativo y el uso informal del medio. Valdés recurre considerablemente al patrimonio artístico de España, en particular a Velázquez, Picasso y al Art Informel de sus inmediatos predecesores: Manolo Millares, Antonio Saura y Antoni Tàpies. A finales de 1964 participó en la creación del grupo Estampa Popular que se distinguió por el uso de imágenes publicitarias y grabados como soporte, precios populares y una temática basada principalmente en la vida valenciana. El grupo se separó después de cuatro presentaciones individuales. En 1965, junto a Rafael Solbes y Jean A. Toledo, Valdés participó en la XVI Muestra de Jóvenes Pintores del Salón de París y obtuvo una gran aclamación de la crítica. De ahí la creación del grupo Equipo Crónica, que se diferenciaba del anterior por el uso predominante de la pintura y la elección de una temática más amplia, impersonal y fuertemente influida por el Pop Art, con una mirada crítica al franquismo y la historia del arte. Toledo abandonó el grupo poco después de su primera exposición, mientras que Valdés y Solbes continuaron trabajando juntos hasta la muerte de Solbes, en 1981. En 1983, Manolo Valdés también logró un éxito considerable en el campo de la gráfica y recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas. Tres años después, fue invitado a participar en el Festival Internacional de Artes Plásticas Bienal de Bagdad, donde obtuvo la Medalla de Oro. Desde 1992, centró su interés en la escultura y decidió abrir un estudio más grande en Nueva York, donde se mudó en 1998. En 1999, Valdés y Esther Ferrer representaron a España en la Bienal de Venecia. En 2000, Valdés regresó a España y se quedó alternativamente en Nueva York y Madrid. En 2002, el Museo Guggenheim Bilbao le dedicó una retrospectiva. Creó un conjunto de esculturas en Madrid para el nuevo Aeropuerto Internacional. En 2006, el Museo Reina Sofía realizó una retrospectiva en la que se recogen todas las obras creadas durante sus últimos veinticinco años. Entre las muchas exposiciones que se mencionarán se encuentran las que se celebran en el Museo Nacional de Arte de China en Beijing y el Museo Estatal Ruso en San Petersburgo. La Casa Rusca de Locarno le dedicó una importante exposición antológica en 2019. Sus obras se encuentran en museos como el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, el Musée National d’Art Moderne – Centre George Pompidou de París, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, la Fundación Museo Guggenheim Bilbao y el Kunstmuseum de Berlín. Sus esculturas monumentales han sido expuestas o instaladas de forma permanente en Nueva York (Park Avenue, Jardín Botánico y Broadway), París (Place Vendôme y los jardines del Palais-Royal), Madrid, Valencia, Montecarlo y Pietrasanta.