La técnica del dibujo de Uriarte está enraizada en una realidad mundana, basada en pequeños gestos que suceden sin intención artística durante el horario de oficina, por ejemplo garabatear o dibujar líneas rectas son ejemplos de estos gestos. Comenzó su práctica de dibujo en 2005, principalmente haciendo monocromos, tratando de completar una hoja de papel lo más minuciosamente posible con los resultados de un solo gesto. Cuando exploró todas las opciones posibles con respecto a los monocromos (combinaciones de colores, intensidades, etc.) sintió la necesidad de pasar a la forma, pero quería usar una forma sin forma, sin ningún significado simbólico. Por lo tanto, eligió lo amorfo, una forma redondeada dibujada sin ningún esfuerzo que se adapta al espacio que le da la hoja de papel, de la misma forma en que un globo se adapta al aire que contiene. Como Uriarte usa principalmente papel DIN (A4, A3, etc.), las formas terminaron siendo óvalos irregulares (proporcionales a las hojas de papel rectangulares).
Para su exposición en i8, deja de lado los colores y se limita al negro sobre blanco. Esta decisión enfatiza las cualidades escultóricas y rítmicas de las formas en los dibujos. El espacio se convierte casi en el único protagonista y está estructurado por elementos geométricos: cuadrados, rectángulos, triángulos y círculos, dispuestos en superposiciones, secuencias, subdivisiones y reflejos. A menudo, los elementos en cada dibujo se transforman en otros elementos, por ejemplo, los círculos se convierten en cuadrados o cuadrados en círculos. Es una transformación casi alquímica. Algunas de las figuras geométricas pueden recordarnos símbolos de culto (por ejemplo, un triángulo para la Santísima Trinidad), pero casi siempre están estructuradas por reglas y fórmulas matemáticas. Además, cada dibujo contiene graduaciones desde el tono negro a la luz, por lo que, aunque los dibujos son teóricamente abstractos, existe una ilusión de luz y sombra que crea una energía atmosférica, casi mística. Por otro lado, hay cierta alegría que nos recuerda a los sistemas educativos con una visión del mundo muy optimista, como Bauhaus, Montessori o Waldorf, en los que los símbolos geométricos se utilizaron como herramientas para simplificar y mejorar nuestra comprensión del mundo, y para fomentar la imaginación y la fantasía individual.
La exposición como un todo podría leerse como una colección de signos que, según los antecedentes del espectador, pueden interpretarse como fórmulas matemáticas, proyectos arquitectónicos, composiciones musicales o poemas en la pared. Las graduaciones en blanco y negro y tamaños similares, así como los métodos de composición, convierten las obras en una suite con fuertes lazos formales que tienen un flujo dinámico de energía entre ellos. El tema principal podría entenderse como la construcción a través de la división, la repetición, la reflexión o el eco.
Ignacio Uriarte (1972 Krefeld, Alemania) vive y trabaja en Berlín. Estudió artes audiovisuales en el Centro de Artes Audiovisuales en Guadalajara, México de 1999 a 2001. Las exposiciones individuales de Uriarte incluyen Apropos Papier: Ignacio Uriarte, Bürokünstler, Museo Leopold Hoesch, Düren (2018); Bürozeit, Kunstmuseum Villa Zanders, Bergisch Gladbach (2015); Unos y Ceros, MARCO, Vigo (2014); Acht Studenten zählen, Berlinische Galerie, Berlín (2014); Binarios, UMOCA (Museo de Arte Contemporáneo de Utah), Salt Lake City; Línea de trabajo, The Drawing Center, Nueva York; Ineficiencia productiva, galería Skuc, Ljubljana (todos 2013); Espacio de trabajo, DAZ (Deutches Architektur Zentrum), Berlín (2012); Obras, Sala Rekalde, Bilbao (2011); La invención de las letras, PICA Perth Institute of Contemporary Arts, Perth (2010) y Tan sencillo como una línea ó un círculo, Laboratorio 987, MUSAC, Leon (2008).
Imagen: Ignacio Uriarte “Dynamic Inclination, 2018”
I8 gallery. Tryggvagata 16, 101 Reykjavik. Iceland