En febrero de 1939, la caída de Barcelona provoca un éxodo sin precedentes. Cerca de medio millón de personas huyeron del avance de las tropas franquistas y cruzaron los Pirineos. Es la retirada. Entre los refugiados que comenzaron su exilio en Francia en internamiento en campos en los Pirineos Orientales, Antoni Clavé. Este joven y prometedor pintor de carteles de Barcelona había puesto su talento al servicio del ejército republicano. En Prats de Molló y luego en Perpignan, en el campamento de Haras, Clavé atrae a sus compañeros en la desgracia y sus guardias senegaleses. Sus dibujos se notan y permiten su publicación, gracias a la intervención de Martin Vivès, pintor y futuro comisario del Museo de Bellas Artes.
La conmemoración de la Retirada es el punto de partida de esta exposición que propone (re) descubrir la singular carrera de este artista: la guerra de España, la llegada a Perpiñán y el exilio para una nueva vida. En París, primero bajo los auspicios de Picasso y los pintores refugiados españoles, luego en la Nueva Escuela de París, Antoni Clavé obtiene un éxito que rápidamente se convierte en internacional. Pintor, grabador y escultor, dejó Montparnasse para ir al sur de Francia en 1965, donde trabajó hasta su muerte en 2005.
El recorrido de la exposición presenta setenta años de creación, desde sus carteles de películas creados a mediados de la década de 1930 hasta los grandes formatos de la década de 2000. La figura del guerrero, en pintura, grabado y escultura, da testimonio de la evolución estilística y técnica del artista. Más allá de los medios y estilos, Antoni Clavé nunca renuncia completamente a la presencia humana.