La exposición presenta el trabajo más reciente de Giralda, con pinturas que se presentan al público por primera vez y son el producto de un proceso que puso en práctica a su llegada a Nueva York: «Le doy mucha importancia al hecho de que Estoy viviendo en el lugar que estoy investigando. Como tal, mi proceso se basa en fotografiar diferentes lugares de la ciudad, incluidos jardines botánicos, parques e incluso plantas en una maceta en el medio de la Quinta Avenida. Me gusta observar cómo se produce la adaptación entre entornos urbanos y naturales. En el pasado, he compuesto imágenes con mi computadora, editando las imágenes con otras que encontraría on-line. Este proceso es mi manera de conectar mi trabajo con un entorno de medios virtuales que también considero parte del paisaje. Luego pinto las obras utilizando un proceso pictórico que enfatiza los aspectos materiales y físicos de la pintura. El proceso de pintura me permite vincular mi trabajo con una cierta historia, y conectarme con un ritmo de visualización que procede de los márgenes de la velocidad de la ciudad y los entornos de Internet «

«Me acerco a la ciudad como un paradigma del paisaje contemporáneo. Sin embargo, me interesan más los espacios naturales que atraviesan la ciudad. Quiero investigar el lugar que ocupa la naturaleza en un contexto tan contaminado. Partiendo de las imágenes que tomo de esos entornos naturales cerrados, pinto composiciones que representan la naturaleza como una experiencia sensual y rica. De cierta manera, utilizo la pintura para dar otro contexto a esos espacios naturales, e incluso si es a nivel representativo, ellos leen como escenas naturales exuberantes fuera del entorno de la ciudad, ya que encuentran en la pintura un contexto alejado del ruido ambiental. » Santiago Giralda

Santiago Giralda (Madrid, 1980) vive y trabaja en Nueva York. Su trabajo aparece en muchas colecciones, incluidas las del Ministerio de Cultura, Banco Santander, DKV y Caja Madrid. Su debut  en Nueva York coincide con el intenso trabajo que está desarrollando en el Instituto Pratt gracias a la beca Fulbright que le otorgaron un año después de haber obtenido una beca en la Real Academia de España en Roma.