Cada una de las obras de Rafa Macarrón encarna el misticismo, la invitación y la provocación. Los personajes se mezclan con el canon y la proporción adecuados. Un extraño cíclope descansa junto a la piscina, castigado, defendiendo su cueva mientras los mechones de humo que lo rodean constantemente buscan una manera de liberarse a un lugar lejos de la pintura. Luego, rodeados de agua y laberintos, animales de ensueño se cruzan con seres que levantan la vista hacia el cielo. Una dama bajo una sombrilla contempla una escalera que siempre llega al cielo, una ceremonia sin sentido e ilógica, elevada a un éxtasis cromático.
Cada pintura es un manifiesto de contracultura. El arte busca trascender. Macarrón explora la grandeza de la vida ordinaria y las anclas en las rutinas diarias con imágenes de sillas, duchas, secadores de cabello, etc. Al observar a los personajes en este entorno, el espectador se convierte en un buscador y un explorador de su propio ser interior.
Como orfebre y alquimista, el proceso de Rafa comienza en su estudio, del cual surgen geometrías aparentemente imposibles. Todo lo atraviesa el esfuerzo del artista. Llega al amanecer, antes de que los pájaros comiencen a cantar, y lee en silencio. A medida que avanza la mañana, dibuja, traza y dibuja con papel y lápiz. Cuando el sol alcanza su cenit, emerge el color. Los materiales luchan entre sí para romper los límites de la imaginación y así abrir nuevos canales para el espacio. Entonces, silencio creativo.
Las ventanas del estudio de Rafa dan a Madrid. Su trabajo y la ciudad se complementan, ya que ambos son abiertos, fructíferos, libres y sin complejos. En el interior, el espacio está lleno de libros de filosofía y botes de spray. Macarron lee el «Tractatus Logico-Philosophicus» de Wittgenstein con un marcador fluorescente en la mano. Cuando el sol comienza a ponerse, el crepúsculo aporta un nuevo sentido a los lienzos. Una línea de color, textura, pulpa de papel, puntos obsesivos … todo al servicio de un creador de ocio. Finalmente, la noche exige más silencio para que lo que Rafa llama «arte generoso»: arte que no se justifica ante nadie, sino que emerge.  (gothamtogo press-release)

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