La exposición presenta la serie más reciente de bodegones fotográficos del artista. Al igual que en sus películas, que están salpicadas de citas eruditas y alusiones históricas, su trabajo como fotógrafo hace referencia a los pintores realistas de Madrid, especialmente a Antonio López García e Isabel Quintanilla, y la manera de enfocarse en el cotidiano de una manera que hace que los objetos son visualmente trascendentes. Las fotografías de la exposición también guardan relación con sus películas, con los toques Pop, el sentido de domesticidad y el uso innovador del color. Todas las imágenes tienen un inconfundible sabor almodóvariano.
El título hace referencia al proceso creativo de Almodóvar como artista; siente que su tarea más importante como fotógrafo es esperar la luz ideal. Todas las fotografías se toman en el interior de su casa utilizando la luz solar a través de las ventanas, y la luz precisa puede durar solo unos minutos preciosos.
El artista trabaja en su casa con los objetos que lo rodean. En el pasado ha colocado frutas y cristalería, los «protagonistas» de las imágenes en esta ocasión son jarrones y flores marchitas. En palabras del artista:
El invierno pasado comencé a aburrirme con la superficie de madera de la mesa auxiliar y el color de la pared. Pinté la pared y utilicé varias tablas de madera pintadas de diferentes colores como base, encima de la mesa. Cinco colores en total. Las flores de las sesiones anteriores se estaban secando, pero todavía las estaba usando. Me di cuenta de que a medida que perdían frescura, eran más versátiles y se fotografiaban mejor. Sin darme cuenta, estaba fotografiando el paso del tiempo, en la luz y en las flores.
El acercamiento de Almodóvar a la tradición del bodegón presenta la belleza en el desamparo, ya que sus composiciones se descomponen ante nuestros ojos. Los llamativos colores detrás y debajo de los objetos hacen que su presencia colectiva tenga «calidad de estrella», incluso más atrevida, la experiencia general es más intensamente poética.
Pedro Almodóvar nació en Calzada de Calatrava, provincia de Ciudad Real, en la década de 1950. A la edad de ocho años, el artista se mudó con su familia a Extremadura, donde, en sus años de estudiante, comenzó a asistir al cine de manera compulsiva. A los dieciocho años llegó a Madrid, y después de haber trabajado de forma esporádica e incapaz de estudiar cine porque Franco había cerrado el Instituto de Cine, se instaló en su primer trabajo «serio» como asistente administrativo en la Compañía Nacional de Teléfonos de España, donde trabajó una docena de años Considera estos años como su verdadera formación artística, a través del contacto diario con una clase social que de otro modo no habría conocido: la Clase Media española al comienzo de la Era del Consumo. Presenció de primera mano sus dramas y sus miserias. Era un tesoro para un futuro narrador.