La pintura y escultura de Carlos Evangelista (Salamanca 1943) recibe su apuesta más reciente, donde el artista se enfrenta a crear una serena armonía, tanto por la utilización de la dinámica que proviene de las formas en un riguroso orden interno, la perfección técnica,  el concepto minimalista y el equilibrio de ritmos en cada una de sus piezas, que las condensa  y las contiene, conjugando estatismo por un lado y dinamismo por otro.

Su obra nace con pleno sentido estético sin que por ello tenga que recurrir al truco literario o al preciosismo sofisticado, siguiendo tres líneas bien definidas, bien ordenando el espacio a partir de una forma geométrica en la que el volumen y el color se contraponen armónicamente hasta lograr el equilibrio rítmico de la superficie, o bien por una agrupación formal más libre y menos rígida en las que no pretende correspondencias más o menos exactas, sino en las que la inspiración discurre prescindiendo de esquemas directores.

Las  esculturas  se proyectan por vías paralelas, partiendo del plano, se trasladan a formas exentas que continúan la exigencia de exactitud y orden. Los diferentes espesores y relieves de los materiales, finalmente se pronuncian por un concepto más simple; la luz es ese elemento que determina las variaciones en la ordenación final de las formas.

São Mamede Gallery. R. Escola Politécnica, 167. 1250-101 LISBON

http://www.saomamede.com

Imagen: Carlos Evangelista. En Horizontal 10 200)6. 2018