El estudio de los cambios en un cuerpo permite diversos acercamientos. El de la vibración, por ejemplo: una fuerza impacta sobre el objeto, produciendo una perturbación que, de no tratarse de un cuerpo perfectamente elástico, una vez apaciguada ha causado ya variaciones en la estructura interna. O el de la explosión, en la que una alta carga de energía se libera en un espacio reducido y busca inmediatamente ocupar el área a su alrededor. Ya sea en uno u otro caso, la transformación del cuerpo siempre tomará lugar. Las piezas que presenta en esta muestra Robert Ferrer i Martorell (Valencia, 1978) exponen al visitante a ese momento de transición en el que una energía se revela desde dentro, donde ocupaba un espacio invisible, hacia fuera. Se hace así patente, se torna evidente, lo que, pese a existir, se hallaba hasta entonces oculto.

«A frozen moment when everyone sees what is on the end of every fork», decía Burroughs, citando a Kerouac, a propósito del título de su novela Naked Lunch. Estamos, pues, frente a ese instante helado. En Estructuras en Transformación –segunda individual de Ferrer i Martorell en la Galería Impakto, después de Geometría suspendida (2017)– el artista valenciano se pregunta por lo que existe en el ser humano cuando se retira la capa pegajosa de la inmediatez y se expone lo que antes era apenas una sospecha: la existencia de la luz y del color, y las sensaciones que cargan consigo. De las paredes escapan varillas y placas de aluminio, reflejando una superficie que pierde el pellejo, un soporte que muta de lo predecible a lo nuevo y, con ello, a lo emocionante. El universo de piezas presentadas incluye, además del trabajo con aluminio, recursos como el papel, el metacrilato, el nylon y el policloruro de vinilo (PVC), transitando siempre entre las escalas de grises y los colores primarios.

Cimentada en el arte abstracto, el lenguaje geométrico y el constante interés por la luz que han caracterizado el trabajo de Ferrer i Martorell durante los últimos años, la poética de su obra ha encontrado eco en reconocidos críticos de arte contemporáneo. Es el caso del madrileño Alfonso de la Torre, quien disecciona su obra y la relaciona, trozo por trozo, con la de artistas como Mompó y Miró, desde su lírica, o como Klee y Kandisnky, a propósito de su carácter esencialmente geométrico. Pablo Panizo Jansana