A nivel internacional Albert  Serra es uno de los representantes más influyentes y radicales de la vanguardia cinematográfica contemporánea. Esta «película más larga del mundo» (Der Standard) es un retrato de Alemania y una reflexión en la imagen sobre cómo se crea la historia y las ideas que tenemos de ella. Para ello, sigue las historias de tres figuras centrales de la historia cultural alemana: Goethe, Hitler y Fassbinder.

El trabajo actual se comparación con el momento en que se creó hace unos años; en el medio se encuentran la fundación de la AfD (2013), la llamada «crisis migratoria» (2015), El referéndum del Brexit y la elección de Donald Trump (2016), la llegada de la AfD al Bundestag (2017), por nombrar solo algunos puntos clave, adquirieron mayor actualidad, lo que se debe a su potencial de reflexión artística. Los tres cerditoses tan complejo y desafiante como la cuestión de qué constituye una comprensión de la historia hoy, y especialmente en Alemania. Forma y contenido entran en una conexión única, lo que deja en claro que trabajar en una visión ilustrada de la historia y el intento de ubicar una llamada «nación cultural» en el presente siempre significa una cosa por encima de todo: una tarea constante, un siempre un pensamiento nuevo para empezar, una lucha incansable con el pasado en el presente.

Como sugieren los tres pasos del título, una alusión a la historia de los tres cerditos, la compleja operación de Serra se desarrolla en tres niveles: Primero, en el nivel artístico de su monumental experimento cinematográfico. En segundo lugar, en el nivel de contenido de las (auto) narrativas de los tres protagonistas Goethe, Hitler y Fassbinder y su recepción como figuras centrales simbólicas de las fases centrales de la autoimagen moderna de los alemanes: el Clásico de Weimar y la Ilustración antropocéntrica con Goethe, el naturalista y poeta

clase mundial; las fantasías de omnipotencia, cultos de liderazgo y crímenes de lesa humanidad por parte de Alemania y los alemanes durante el «Tercer Reich», el Holocausto y la Segunda Guerra Mundial; así como la reevaluación crítica en la República Federal de Alemania, que no siempre está exenta de contradicciones y controversias, y la posición contra el fascismo, el racismo y la misantropía, a la que hay que hacer referencia una y otra vez. Este último está representado por el trabajo de Rainer Werner Fassbinder, que quiso rastrear las oportunidades perdidas en la sociedad alemana después de 1945, pero también a través de la llamada «Controversia de Fassbinder» sobre su obra La basura, la ciudad y la muerte.(1976) – la cuestión de si la figura dibujada allí del «judío rico», un especulador inmobiliario, tiene rasgos antisemitas – es sintomática del difícil manejo artístico del pasado en el presente. En un tercer nivel, el trabajo de Serra nos enfrenta a la pregunta de qué constituye nuestra comprensión de la historia hoy y qué conocimiento podemos obtener de la negociación artística de la historia en forma de recreación histórica.