El material es fundamental para el trabajo de Lara Almarcegui. Ella explora sitios en transformación: canteras, sitios de construcción y terrenos baldíos donde los materiales mismos se convierten en objeto de una tensión entre la destrucción y la renovación.
En el centro de arte CAIRN, el proyecto de Lara Almarcegui vuelve a ocupar el sitio de construcción reciente del río Bléone que atraviesa la ciudad de Digne-les-Bains. Este trabajo de construcción tiene como objetivo rectificar los trabajos de represas realizados en la década de 1970, con el fin de restablecer la continuidad biológica del río y el tránsito de sedimentos. Durante la construcción, los vertederos de hormigón, hechos con cemento, grava y arena, fueron sacados del río y aplastados. La artista recuperó esta materia prima, que ahora cubre casi toda la superficie de la sala de exposiciones. Este es un gesto perentorio que pone al visitante en presencia de un material de las montañas, manejado y utilizado por el hombre en la construcción de una represa, luego demolido y reutilizado sucesivamente para otros proyectos de construcción.
A través de la sorprendente presencia de materia prima, Lara Almarcegui se involucra en una reflexión sobre el desarrollo urbano al hacer que los escombros no sean un elemento poético, sino político.
La segunda parte de su proyecto se está desarrollando en colaboración con los geólogos, quienes la ayudan a calcular ambiciosamente los pesos de las diversas rocas en toda la zona de captación de Bléone. Presentadas en forma de una lista, estas cifras de cálculo son los ingredientes que, de manera extremadamente concisa, evocan los elementos que forman el valle, así como la historia de las montañas.
Sin nostalgia ni fascinación por el pasado, Lara Almarcegui revela una etapa de transición entre las diferentes fases de las transformaciones materiales que se suceden en el tiempo. Revelando las capas de una memoria subterránea, el proyecto realizado en Digne-les-Bains es una reflexión sobre el pasado geológico de esta área, pero también cuestiona el futuro del material del que está compuesta.
Una publicación acompañará la exposición, con textos de la historiadora del arte Natacha Pugnet y el colectivo Latitudes (Max Andrews y Mariana Cánepa Luna,) publicados por Silvana.
Lara Almarcegui vive y trabaja en Rotterdam, en los Países Bajos.
Su trabajo es tanto una presencia material como inmediata en la sala de exposiciones y una invitación a salir al campo, a explorar físicamente nuevas áreas de comprensión.
A través de su trabajo, ella cuestiona las ideas de propiedad, urbanización, transformación y control del área. Por otro lado, intenta descifrar los numerosos vínculos que existen entre la arquitectura y el urbanismo, y entre el material y sus diferentes formas de uso.
Lara Almarcegui representó a España en la 55ª Bienal de Venecia en 2013 y en la Bienal de Lyon en 2017