“Una vez, no es ninguna vez”, habla de la importancia del trabajo sostenido y su desarrollo a lo largo del tiempo; a la insistencia en repetir procesos que producen resultados con diferencias mínimas pero significativas. Se trata de una forma de abordar el trabajo cotidiano como una especie de mantra o ritual, como un estado de trance consciente que, por un lado, abre un espacio de libertad para la mente y, por el otro, enfoca la atención intensa en lo que realmente está frente a nuestros ojos. Es una forma de concentración absoluta que permite una apreciación de detalles únicos en cada trabajo y, a la vez, una forma de comportamiento que facilita un proceso de aprendizaje y reflexión basado en la comparación visual así como la correspondencia con el conocimiento almacenado en nuestra memoria.
La misión de trabajar en serie no es inducir un modo de repetición, que se basa meramente en la reproductividad. Emprender series implica una voluntad de reflexionar lentamente, tratando de subdividir cada avance que se produce para continuar un poco más allá de los límites de lo conocido. Implica crear elementos entrelazados que formarán parte de una larga narrativa que continuará a lo largo del tiempo. Es idear un discurso perfectamente legible, realzando cada pequeño matiz sutil sin dejarlo pasar desapercibido. Trabajar en serie permite que el trabajo adopte una visión mucho más amplia y más larga, comenzando desde enfoques altamente específicos que nos llevarán a reflexiones mucho más profundas.
Estas obras que se presentan en Maus Contemporary se basan en la idea de aprendizaje y capacidades perceptivas canalizadas a través de la vista. Algo que podría resumirse en el acto de pintar para ver mejor. La relación entre pares permite una comparación y apreciación de detalles mínimos que pueden camuflar lo que aparentemente es homogéneo. La idea de los límites físicos creados por la propia naturaleza de la pintura está permanentemente presente en estas obras. De ahí el hecho de que los títulos, en latín y, por lo tanto, remontándose a los orígenes del lenguaje mismo, están siempre relacionados con el acto de observar y la idea de límite, resaltando así la importancia de la atención.
La visualización de los límites estimula nuestras actitudes perceptivas tanto dentro como fuera de la imagen. La existencia de la dualidad es necesaria e inevitable para el aprendizaje. La similitud, la complementariedad y el contraste con los que se construye y se descubre la pintura se muestran como un camino hacia el conocimiento; como un acto de reflexión e introspección. Miramos y reflexionamos sobre nuestro entorno a través de lo que aprendemos a través de la pintura. Todavía hoy, tan simple y tan antigua, la pintura tiene la capacidad de llevarnos de la fisicalidad de la mancha y el color a conceptos mucho más globales. Conceptos que a menudo son intangibles e inexplicables a través de las palabras pero que nos ayudan a comprender y soportar mejor el mundo en el que vivimos.- Nico Munuera, abril de 2018
Nico Munuera (Lorca 1974, vive y trabaja en Valencia, España) se trasladó de Lorca a Valencia en 1993 para estudiar Bellas Artes en la Facultad de San Carlos, durante la cual recibió varios premios. Ha sido incluido en exposiciones en diversas galerías de arte desde 1998, así como en ferias de arte nacionales e internacionales. En 2003 se trasladó a París gracias a una beca del Colegio de España para continuar la investigación de su proyecto, basado principalmente en la pintura de campo de color, la capacidad de percepción y el proceso. En 2004 fue elegido para colaborar y mostrar con el pintor español Joan Hernández Pijuan en el programa Relevos, una serie de tres exposiciones institucionales en Madrid, Murcia y Barcelona. En 2007 se mudó a Nueva York gracias a una beca de la Fundación Casa Pintada para trabajar en un proyecto en papel japonés, basado en el color, el movimiento automático y el gesto. De 2008 a 2012 vivió y trabajó en Berlín, explorando las ideas del tiempo, los límites y la incertidumbre. Durante el mismo período, participó en las exposiciones Pintar o no pintar en el Museo de Bellas Artes de Murcia (2009); y la exposición Rational Abstraction. Aldrich / Loureiro / Munuera / Uslé en el Centro Gallego de Arte Contemporáneo, CGAC, en Santiago de Compostela (2011).
Maus Contemporary. 2411 Second Avenue North. Birmingham, AL 35203
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Imagen: Aspicio duo II. 2017. Acrílico sobre lino. 60 x 80 cm. 2 piezas de 60 x 40 cm. c.u. Nico Munuera 2017