Uno de los elementos que se volvió bastante fundamental durante el período reciente es la necesidad de autocuidado. Desde hace mucho tiempo, con Audre Lorde hemos aprendido que el autocuidado es un acto de guerra política. Este tiempo de confinamiento necesario ha mostrado nuevamente y en una nueva dimensión la radicalidad de sus palabras. El espacio doméstico, como marco conceptual y arquitectónico, puede verse como un contenedor para la vida. Es un dominio delimitado por estructuras visibles e invisibles, por interfaces que regulan los flujos de información y materiales. También es el espacio interior del yo, el espacio de los rituales, las rutinas matutinas, las celebraciones de alegría, las prácticas de salud y los ritmos del cuerpo. En su exposición en TIER, Irene Fernández Arcas introduce elementos de instalación en el espacio que instituyen un flujo de ideas y recursos relacionados con el espacio interior del hogar y la mente. A través de una serie de activaciones, incluido un intercambio duradero de poda de plantas en el que todos están invitados a participar, la exposición enfatiza diferentes facetas de su práctica. La artista propone esta constelación de materiales y afecta como un laboratorio para desarrollar un ritual doméstico, una invitación a crear un espacio propio, un espacio holístico para conectarse con los procesos de comunión. De esta manera, recupera elementos de alegría y asombro de los ritmos olvidados de la vida, y de hecho antes de la institucionalización del espacio doméstico y la racionalización del cuerpo como un elemento discreto separable del todo complejo. El cuidado personal como ritual contradisciplinario podría ser una de las formas en que la artista está investigando para restaurar esos ritmos.

TIER The Institute for Endotic Research. Donaustr. 84, 12043 Berlin. http://theinstituteforendoticresearch.org

www.irenefernandezarcas.com

Imagen: Linus Mullerschön