El vínculo entre las obras de las artistas Irene Cruz (España-Alemania) y Belén Ordovás (España) e Isabel Consigliere (Italia), es, sin duda, la representación sutil, y quizás a veces inconsciente, de lo femenino. Lo femenino eterno, que favorece al Dei que toda mujer posee dentro de sí misma, y que no debe confundirse con la feminidad, conjunto de las características físicas, psicológicas y de comportamiento que una cultura específica considera que se asocian idealmente con la idea de las mujeres, a diferencia de los hombres. Al observar las obras de Consigliere, Ordovas y Cruz, uno se siente abrazado por el secreto íntimo del eterno femenino que, como dijo Rudolf Steiner sobre los versos de Goethe que introducen este texto: “aquí significa el sexo femenino. Se refiere a esa profundidad que significa que el alma humana está relacionada con el misterio del mundo. No tiene nada que ver con algo femenino en el sentido ordinario. Por lo tanto, podemos realmente buscar esto en el hombre y la mujer: el siempre femenino que aspira a la unión con el siempre viril en el cosmos, para volvernos uno con el Divino-Espiritual que inter-penetra el mundo hacia el cual Fausto se esfuerza «.
Discreta como una doncella del pasado, portadora del misterio femenino, el mensaje en las obras de estas tres artistas, transmitido admirablemente por cada una a través de su propio medio: pintura, fotografía y escultura, nunca se grita, es flagrante, exuberante, ni se destaca de forma explícita, más bien se manifiesta de forma sutil, aguda y delicada, por los ojos atentos que podrán leerlo.
Las pinturas al óleo de la artista Belén Ordovás son pinturas psicológicas. Para confirmar que la teoría jungiana desea que el impulso creativo basado en los arquetipos comunes del inconsciente colectivo florezca y actúe de manera autónoma, el espacio entre lo simbólico y lo no simbólico, se convierta en una expresión de los sentimientos primordiales de la raza humana, representadas por las mujeres. Las obras de Ordovas son una representación del conflicto interior de nuestro tipo
Lo incompleto, una parte fundamental de las obras de Ordovas, que desde el espacio ataca al sujeto, es una parte activa de la composición. Como la esperanza, un sentimiento igualmente universal que nutre nuestra alma, las partes inacabadas en las pinturas de esta artista española, nos recuerdan que todo está en progreso y en perpetua transformación, incluido el conflicto interno que nos duele tanto.
Las fotografías de la artista española residente en Berlín Irene Cruz son de clara inspiración helénica. Al igual que las Musas, las divinas hijas del dios Apolo y Mnemosyne, han inspirado a artistas, músicos y poetas desde el principio de los tiempos para composiciones que provienen directa y sinceramente del camino del artista: transmutando el sentimiento personal en sentimientos universales: las musas y los jóvenes.
La esperanza de volver a una relación armoniosa con el resto de la naturaleza también es palpable en el trabajo de esta joven fotógrafa: el paisaje y los sujetos humanos aparecen en su primitiva comunión, donde la co-pertenencia es obvia y la armonía es evidente, como solía ser en la Arcadia gobernada por el dios pan. En esta comunión entre la humanidad y la naturaleza, los cuerpos, masculino y femenino, a veces son indistinguibles entre sí una vez más para confirmar la teoría de Steiner sobre los géneros cósmicos femeninos trascendentes.
Bajo el título Physis va a la serie presentada en esta exposición por Isabel Consigliere. Para los filósofos griegos presocráticos, Physis significaba naturaleza, entendida como primera y fundamental esencia, principio y causa de todas las cosas. Consigliere lo interpreta también como nuestro ser interior, la parte más recóndita y delicada de nuestro ser. El término está enriquecido por varios significados en la terminología filosófica y científica, que pretende ser la fuerza de la naturaleza y la divinidad ordenadora del Kosmos, pero que sin embargo se percibe como un elemento femenino.
Tomando la iconografía cristiana del relicario, Physis by Consigliere se presenta en forma de pétalos y flores que fluyen de las ranuras en secciones anatómicas hechas de cera de abejas, para recordarnos que detrás de la violencia, el ruido, la superficialidad a la que cada día nos adaptamos.
Luisa Catucci Gallery. Allerstr. 38, 12049 Berlín
Imagen: Irene Cruz