El personaje que Benítez ha escogido para su propia inmersión en el mundo del cómic es Johnny Zipper (Juanito Cremallera) un personaje transvasado, por su autor comercial, del sado-maso a la peluchosidad. El mensaje moral es claro: la mierda es buena (mil millones de moscas no pueden equivocarse), y la frontera entre la maldad y el “me gusta” es un clic.
Quizás estamos volviendo al surrealismo: la abstracción en el tema y no en la forma. O quizás el surrealismo nunca se fue. A medida que la sociedad se hace más y más surrealista la única cosa que puede hacer el arte comprometido es reflejarla.
En cada una de sus imágenes Benítez añade una chispa de optimismo, una brizna de humor. El humor desarticula el drama, lo disuelve. No es fácil verlo. Hay que escrutar las obras -escrupulosamente- para encontrarlo, pero está. No os daré pistas, pero el humor, la esperanza, se alojan ahí.
Como en la vida, la parte buena no está a la luz. Hay que esforzarse. El escarabajo pelotero encuentra la vida entre la mierda. ¿No seremos nosotros mejores?

Evaristo Benítez nace en Azuaga (Badajoz) en 1957. Trabaja actualmente en Barcelona donde desarrolla una intensa actividad en el campo de la pintura, escultura, video creación y técnicas gráficas.

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Imagen: Evaristo Benitez. Dècalage