A primera vista, este grupo de figuras parece atrapado en un intercambio apasionado: tres cuerpos se acurrucan juntos, mientras que dos más flotan en las afueras. Tras una inspección más cercana, sus expresiones no revelan nada del drama que parece desarrollarse. Llenas de extrañas contradicciones, estas formas casi humanas combinan elementos abstractos, incluidos los cuerpos en forma de bolsa y caras estilizadas, con gestos realistas y una dramática sensación de movimiento.
Como es típico en el trabajo del artista Juan Muñoz, el espacio entre las figuras es tan crucial para el efecto general como las formas esculpidas. La escena parece teatral en su disposición, pero a diferencia de una producción teatral, en la que los espectadores permanecen físicamente separados de los actores, aquí los visitantes pueden ingresar al espacio de conversación, incluso cuando las caras pétreas de las esculturas no les hacen caso. Al entrar en este espacio, sin posibilidad de entablar una conversación, los espectadores pueden sentir una sutil desconexión de la realidad, como si se enfrentaran a las figuras en un sueño. (The Contemporary Austin press-release)

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