El arte de Jacobo Castellano (* 1976 Jaén. España) evoluciona a partir de los materiales y lugares que forman parte de su propia historia personal. Las esculturas e instalaciones que crea, a menudo construidas a partir de viejos objetos, crean una atmósfera especial, que oscila alrededor de la melancolía y la ligereza del ser.
El trabajo reciente de Jacobo se basa en dos premisas: un excelente tratamiento de la madera y la capacidad de seleccionar objetos encontrados que pueden transmitir narrativas con enorme precisión. Si bien se hace eco de una amplia gama de prácticas escultóricas contemporáneas, sigue siendo fiel a un sentido único de intuición, lo que impulsa su excéntrica forma de mezclar narrativas y materiales.
La fuente más importante de inspiración para el arte de Jacobo Castellano es su propia historia. Él usa esto como un ejemplo a través de materiales y recuerdos y produce esculturas e instalaciones llenas de referencias históricas autobiográficas y artísticas. La forma en que se reconstruyen las esculturas a partir de los restos de objetos antiguos le da un ambiente especial. Tiempo, efímero, recuerdos: para Jacobo Castellano cada objeto cuenta una historia: sus obras demuestran algo melancólico y al mismo tiempo una especie de ligereza del ser, ya que un aire de nostalgia de los días pasados ​​parece rodear sus piezas que se extienden desde esculturas y collages, a instalaciones fotografías. Los recuerdos del pasado, entretejidos en objetos cotidianos, muebles y juguetes, siempre han jugado un papel clave en sus creaciones, haciendo hincapié en sus raíces andaluzas, donde la tradición y la religión aún arrojan una sombra sobre la vida cotidiana.

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