El lapis specularis, yeso cristalizado de gran transparencia que puede exfoliarse en láminas finas de amplia superficie, supuso una revolución en la vida cotidiana de los romanos. Permitió, en residencias y edificios públicos, cerrar ventanas y estancias o peristila con paneles correderos, así como mantener mejor la temperatura en las termas; protegía además las ventanillas de las literas y se usaba en pequeños invernaderos o en colmenas. Pero participó también en la vida simbólica, como elemento suntuario o mágico, en ritos benignos y malignos.
Las minas de lapis specularis de Hispania, concentradas en torno a Segóbriga y en la provincia de Almería (Arboleas), proporcionaron el mineral más puro, que se exportaba a las grandes ciudades del Imperio. El artista Miguel Ángel Blanco vuelve a hacerlas productivas al utilizar, por primera vez, esa piedra fascinante como material creativo. En un conjunto de libros-caja que forman parte de su Biblioteca del Bosque, ha recreado no tanto sus funciones prácticas como sus usos rituales, con un enfoque más visionario que arqueológico. En la sala del Foro Romano, ha situado un bloque de lapis que toma cuerpo entre los dioses y emperadores y reclama su lugar en la historia, y un tondo que deja penetrar en la sala la luz sobrenatural que procede del subsuelo; y sobre el suelo, como hacían los romanos en los grandes eventos, ha esparcido cristales pulverizados que la transforman en un escenario fastuoso y sobrehumano.
Miguel Ángel Blanco (Madrid, 1958) es uno de los más destacados artistas españoles vinculados directamente a la naturaleza. Vivió durante años en la Sierra de Guadarrama, que ha sido su territorio artístico por excelencia: en 2006 le dedicó una exposición en La Casa Encendida, Madrid, titulada Visiones del Guadarrama. Miguel Ángel Blanco y los artistas pioneros de la Sierra, en la que sus libros-caja dialogaban con las pinturas de importantes paisajistas españoles que en el siglo XIX se adentraron en las montañas para representar sus parajes. Ha expuesto diversas selecciones de la Biblioteca del Bosque, su proyecto artístico y vital más importante, en la Biblioteca Nacional de España, en el Museo Nacional de la Estampa en México D.F., en la Fundación César Manrique de Lanzarote, en la Calcografía Nacional y en la Abadía de Santo Domingo de Silos (Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía), entre otros lugares. En 2008 el Ministerio de Cultura le encargó un proyecto para rendir homenaje al haya muerta en el jardín de la Fundación Lázaro Galdiano, donde inauguró al tiempo la exposición Árbol caído, centrada en la relación entre árbol y tiempo.
Fue Premio Nacional de Grabado en 1995 y Premio Villa de Madrid «Lucio Muñoz» de Grabado en 2004. Entre las colecciones que poseen obra suya se encuentran el Ministerio de Cultura, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, la Fundación César Manrique, la Colección Banco de España, la Colección Fundación «la Caixa», la Colección Coca-Cola España y la Colección L’Oréal. Real Academia de España en Roma, Piazza di S. Pietro in Montorio, 3, 00153 Roma RM
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Imagen: Miguel Ángel Blanco “Lapis specularis La luz bajo tierra”