En la exposición Expanded Photography 2002–2018, se muestran tres ciclos de trabajo diferentes del artista vasco Aitor Ortiz en los que los límites fotográficos tradicionales se superan de maneras sorprendentes y fascinantes.

Más allá de la fotografía documental de arquitectura e industria, reivindicando el factor de dilución y la transmutación de la realidad que está asociada con la representación fotográfica, Aitor Ortiz trabaja con el espacio, la arquitectura y los objetos como elementos que surgen como desconocidos visuales y cognitivos.

Su interés por aumentar una serie de dilemas entre la representación y la interpretación (percepción) y establece una relación entre el contenido de sus imágenes, las propiedades físicas de los materiales en los que trabaja y su posición en la exhibición  en el espacio. Por lo tanto Aitor Ortiz intenta establecer un amplio espectro de trabajo y relaciones entre los espacios fotografiados, los mecanismos conscientes e inconscientes  involucrados en el proceso de la manipulación de la imagen: el ojo (interpretación, contexto, contextualización,…), la cámara (enfoque/desenfoque, distorsión óptica, transmisión del movimiento…), y el cerebro (las limitaciones de un artefacto en la interpretación de datos y las habilidades empíricas: experiencia, asociación de conceptos…) que culminan en el espacio exhibido, donde la experiencia física de nuevo trasciende el contenido de sus fotografías como parte de un proceso de constante interacción entre la representación y la percepción del espectador.

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