Para esta exposición, Isidro Blasco ha construido una gran instalación con los icónicos puentes de la ciudad de Nueva York. Titulada Casas a la Deriva, esta construcción en expansión presenta una narrativa inquietante que va más allá de sus orígenes arquitectónicos. En realidad, los puentes son estructuras físicas que nos permiten movernos de un lugar a otro, superando las barreras geográficas. Conceptualmente, los puentes construidos pueden unir lados opuestos. Los puentes de Blasco están fragmentados e incompletos. Silenciosamente dan testimonio de los peligrosos efectos del cambio climático y la retórica política desarticulada. Mientras tanto, a medida que avanzan los niveles de agua, las casas, pueblos y ciudades se verán envueltos, alterando drásticamente nuestro hábitat y forma de vida. A la luz de esto, el artista imagina una pesadilla en Nueva York donde las casas desplazadas se inundan, se levantan los cimientos y se arrojan a la deriva río abajo. Destaca la naturaleza transitoria de la seguridad y la protección, desglosando los recuerdos de «hogar» en depósitos de recuerdos fracturados.