Esta exposición individual presenta cerca de 15 pinturas sobre lienzo y marca el regreso del artista español a Portugal 20 años después de su primera exposición en el país.
Se presentarán trabajos, en su mayoría recientes, donde el artista intentará mostrarnos una perspectiva transversal de los fragmentos y de los detalles más abstractos de la naturaleza. Desde el horizonte marítimo hasta el cosmos.
El recorrido que lleva a esta singular visión transversal del paisaje podría comenzar con los reflejos luminosos de los abstractos paisajes marítimos, tanto de noche (Visiones marítimas por la noche) como al amanecer (Alborada, otro título de una de las obras presentes en la exposición).
Prosiguiendo con esta línea ascendente y transversal de la temática de la exposición de Alberto Reguera en la Galería de São Mamede, observamos que sus horizontes abstractos buscan ir más allá de la línea del horizonte. Así una de las obras, El horizonte que va más allá del mar, nos revela las texturas de los pigmentos de azul ultramar para crear una profundidad visual.
Los fragmentos acuáticos reflejan siempre uno de los temas centrales de la obra de Reguera: composiciones de cielos abstractos donde las nubes tienen gran protagonismo. Reguera fue siempre el pintor de las nubes, admirador de autores clásicos y románticos como el noruego Christian Dahl, el austríaco Fischbach, el inglés Linnell o el alemán Carus, entre otros. Es admirador de formas abstractas y efímeras nubes, que en esta exposición de Lisboa traducen algunas obras que se presentan como cúmulo-nimbo del cielo de plata. Son obras que buscan materializar con fuerza pictórica las acumulaciones de gotas de agua suspendidas en el aire y simultáneamente transmitir ligereza visual.
Si es cierto que Reguera es un pintor de paisajes celestes (Celestial Places), es aún más el pintor de las atmósferas (Atmósferas en movimiento). En el tema de la exposición, las pinturas se elevan desde la lisura marítima hasta el cosmos, donde el universo del lenguaje del artista busca poetizar la materia pictórica, como es el caso de otra obra, Firmantes poéticos.
La creación de atmósferas con volumen es el resultado inmediato de la voluntad de romper la frontera entre la pintura y la escultura, ya que los paisajes abstractos son pinturas que se extienden por los lados. Pinturas-objetos que el espectador puede observar desde varios puntos de vista. Una de las ambiciones de Reguera es la de crear armonía entre el espectador, la materia pictórica y el espacio que la rodea. Para Alberto, el espacio es un instrumento esencial de su trabajo, tanto como el pigmento o la tela.
Alberto Reguera (Segovia, 1961) vive entre Paris y Madrid. Se podría encontrar el origen de su obra en su admiración por los pintores de la Abstracción Lírica francesa. También en su evocación por los pintores de paisajes con tradición romántica. O en los espectaculares espacios de su Castilla natal. Realiza paisajes abstractos donde algunos elementos de la Naturaleza aparecen representados de una manera fragmentada, introduciendo su manera personal de manejar el color. En su obra hay una intención poética en la utilización de la materia pictórica, o en las luminosas texturas que aparecen en capas superpuestas. Sus telas delatan una afirmación sobre el propio acto físico de pintar.
Reguera insiste en la idea de ofrecer una sensación de profundidad visual en su trabajo. Ha alargado los bordes de sus obras. El corte transversal de estos bordes deja entrever las transparencias, y los colores superpuestos, como si se tratara de una milhojas cortada con un cuchillo afilado. Y nos muestra una visión tridimensional de la pintura. Algunas de estas «pinturas-objeto», creadas de manera autónoma, aparecen agrupadas en el suelo formando una «instalación pictórica», donde cada obra equivaldría a un gesto de un gran cuadro con volumen multiforme, ofreciéndonos diferentes perspectivas visuales. Una obra que se extiende sobre un espacio lleno de fluidez, y que busca un equilibrio con la materia.
Galería Sao Mamede. R. Escola Politécnica, 167
1250-101 LISBON
Imagen: Albero Reguera. Visiones marítimas nocturnas 2019