La exposición está compuesta por paisajes de gran formato de Abraham Lacalle en acuarela y óleo, que orquestan una paleta muy singular y de gran peso. A pesar de sus colores vívidos, estas escenas están impregnadas de una sensación palpable de desolación: no son los paisajes paradisíacos que su tono y coloración intensa transmitirían de otra manera. Lo que uno encuentra a menudo en estos paisajes son los restos de la huella humana, del trauma, que se recupera lentamente por su naturaleza exuberante: en Doble curva, 2018, por ejemplo, Lacalle ha colocado delicadamente un cuchillo en su punta afilada, apoyado en un tronco y rodeado de árboles en flor.
Tales yuxtaposiciones silenciosamente provocativas se pueden encontrar en cada una de las obras expuestas. Las pinturas recientes de Lacalle son visiones desconcertantes de nuestra aguda cultura contemporánea de consumo, que quizás buscan, o evidencian, la armonía innata pero a menudo esquiva de la naturaleza.
Nacido en Almería, España, en 1962, Abraham Lacalle comenzó su carrera a finales de los años ochenta. El artista ha estado exponiendo en Marlborough desde 2002 y desde entonces ha realizado exposiciones individuales en museos de toda España, destacando su exposición de 2005, “Un lugar donde nunca sucede nada” en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en Madrid. La obra de Lacalle es parte de numerosas e importantes colecciones de museos en España, tales como: Museo de Arte Moderno y Contemporáneo, Palma, Mallorca; Colección Santander, Madrid; y Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, entre otros.