La exposición se centra en las obras del año 1973, cuando el artista de ochenta años se preparaba para una importante retrospectiva en el Grand Palais de París. En una serie de lienzos cortados y perforados del 29 de marzo de 1973, relieves tejidos (‘Sobreteixims’ y ‘Sobreteixims-Sacks’) realizados en colaboración con Josep Royo en 1972 y 1973, y en cinco ‘Toiles brûlées’ (Lienzos quemados) ejecutados entre El 4 y 31 de diciembre de 1973 Miró dio rienda suelta a su ira estética. Del mismo modo que los críticos anunciaban la «muerte de la pintura» como un hecho consumado frente a las prácticas que desafiaron a las narrativas magistrales del Alto Modernismo (arte de proceso, performance y la instalación), Miró puso a la pintura bajo presión en un intento de renovación. Sus medios y procedimientos.

La exposición reúne once obras de la Colección Estatal Portuguesa, cedidas a la Fundação de Serralves, con veintitrés pinturas y objetos de colecciones públicas y privadas en España y Francia. Una sección documental permite al visitante evaluar los métodos de trabajo de Miró para hacer las «Sobreteixims», mientras que una película del reconocido fotógrafo catalán Francesc Català Roca registra el proceso de creación y destrucción en los «Toiles brulées».

En el catálogo que lo acompaña, el comisario y erudito de Miró, Robert Lubar Messeri, examina el concepto de asesinato estético del artista catalán. Rastrea el compromiso del artista con las prácticas de lo que llamó «anti-pintura» en 1927-28 para descubrir cómo la tensión entre pintura y anti-pintura en su trabajo posterior alcanzó un crescendo en su producción de 1973. La publicación también presenta las primeras versiones en inglés y portugués de una entrevista entre Joan Punyet Miró, el nieto del artista, y Josep Royo, con quien Miró mantuvo en 1969 en una relación de trabajo altamente productiva y duradera.