Hasta en las ciudades más concurridas, es posible encontrar un lugar para la calma y el descanso.

Las últimas pinturas de Eva Nararro celebran el verano, con figuras bañadas por la luz del sol relajándose en parques invisibles o paseando tranquilamente por avenidas invisibles. Representan personajes que ha encontrado disfrutando de su tiempo en toda Europa, «bañistas en las orillas del Rin en Basilea, jóvenes damas que se reúnen para un aperitivo antes de la hora del almuerzo en Córdoba, un niño vestido con ropa de domingo jugando con una pelota, ciclistas que se dirigen a las playas de Málaga «. Retiradas de sus entornos urbanos originales y colocadas contra sus fondos abstractos característicos, parecen habitar un paisaje mental: el del artista, el del espectador o el suyo propio.

En su trabajo reciente,Eva Navarro ha adoptado cada vez más un proceso espontáneo y orgánico a la hora de crear sus antecedentes pictóricos. Como ella dice, se han convertido en «coprotagonistas» en las pinturas, regiones activas de color y forma que recuerdan el trabajo de impresionistas y expresionistas abstractos, y parecen reflejar los estados de ánimo de sus figuras misteriosas y anónimas. Los temas mismos se derivan de sus extensos viajes, en los que toma miles de fotografías de transeúntes para integrarse en su mundo. Con sus rostros evitados, se convierten en vehículos para nuestra reflexión, incluso cuando parecen estar inmersos en sus propios pensamientos. Como dice Navarro, «mis personajes anónimos son solo un medio para expresar lo que realmente me importa, que es lo intangible, las emociones, el tiempo que desaparece, nuestras dudas y preocupaciones existenciales de la vida cotidiana».

Pintora española que vive y trabaja en Madrid, Eva Navarro estudió bellas artes en la Universidad Complutense de Madrid y en la Academia de Arte Artaquio. En el transcurso de sus veinte años de carrera, ha expuesto en España, Dinamarca, los Países Bajos, Francia, Portugal, Canadá y los Estados Unidos. Recientemente fue artista residente en la Residencia Tao Hua Tan en China, y en 2016 obtuvo el primer lugar en el Concurso Internacional de Pintura VKR75 de Dinamarca.