Sara Ramo (Madrid, 1975) explora las nociones de orden y desorden al registrar acciones banales, que se convierten en intervenciones surrealistas en entornos íntimos y domésticos. Fuertemente influenciada por la performance, Ramo a veces aparece en sus propios trabajos. Usando películas, instalaciones y fotografía, se inspira en la inocencia de la infancia y el realismo mágico para crear mundos paralelos más allá de las restricciones de la razón adulta.
El día a día se yuxtapone en las obras de imagen fija y en movimiento de Ramo, que a menudo se centran en la secuencia de acciones o eventos. Cuando las personas no aparecen en el trabajo, los objetos inanimados, tales como las piezas de papel desechadas, globos negros en cuerdas y las líneas grabadas en el suelo, reciben vida propia. Aparecen como personajes en narrativas imaginarias construidas por la artista. Las series de fotografías muestran los mismos espacios antes y después de una intervención con objetos que entran y salen de la visibilidad. A menudo, el trabajo se refiere a la delgada línea entre el orden y el caos en la vida cotidiana.