Cada cosa está llena de significado y su lugar en el mundo es lo que le da sentido. Chema Madoz trabaja con el significado de las cosas como si realmente tomara forma física. Utiliza objetos y su representación gráfica como si fueran palabras de un vocabulario preciso.

Convertidos en signos, los objetos ahora literalmente hablan, o más bien son imágenes que literalmente hablan; basado en la estética de la similitud o variedad de referencias, Madoz cambia el significado natural de los conceptos en otras interpretaciones, explotando al máximo sus habilidades simbólicas y abordando su discurso con figuras y tropos profundamente relacionados con el lenguaje: analogías visuales, paradojas, metáforas y La metonimia ofrece a los espectadores un juego sobre la percepción poética que requiere su colaboración activa.

Pero su resolución fotográfica también es decisiva. Esto significa fotografiar una idea. La mera materialidad de la idea no es el objeto final de su trabajo, sino más bien su marco, su retrato. Al igual que las instantáneas clásicas: su momento preciso en el tiempo.

Esta colección de fotografías de Chema Madoz propone un juego de percepción. Las imágenes nos hablan y sugieren un viaje a través de la comprensión. Pero el propósito aquí no es descubrir el significado de un jeroglífico. El misterio está resuelto. Fue resuelto antes de que el artista descubriera su resolución visual, encontrada en el poder del sentido insondable de las cosas que, silenciosas e inmóviles en el lugar que les asignamos, están hablando constantemente.

Esta exposición presenta una amplia selección de fotografías tomadas por el artista entre 2008 y 2014, en la que Chema Madoz ofrece otro ejemplo más de su maestría para observar el mundo de las cosas que nos rodean y utilizarlas para articular mensajes visuales, profundizando en lo sensorial del lenguaje de los objetos mediante la manipulación de sus significados latentes.

Esta colección de 124 fotografías en blanco y negro sobre papel baryta pertenece a la última fase de la obra de Madoz, que recibió el Premio de Fotografía de la Comunidad de Madrid en 2012.

La exposición se divide en cuatro áreas principales que facilitan el recorrido por las fotografías con la menor interferencia posible, ya que la multiplicación de ideas y la resonancia entre imágenes diferentes y también distantes propuestas por Madoz requieren la participación activa del espectador.Borja Casani