Dali
Moco Museum Museumplein Amsterdam Honthorststraat 20 1071 DE Amsterdam
01/10/2017 – 31/10/2017
Poco antes del nacimiento de Salvador Dalí, el 11 de mayo de 1904, su hermano, también llamado Salvador, murió. Dalí creció en el pequeño pueblo de Figueres en la región española de Cataluña. Venía de una buena familia; sus padres animaron sus ambiciones artísticas y estudió en la Academia de Arte de Madrid. Sus estudios vieron el comienzo de su excéntrico estilo de vida.
En la década de 1920, fue a París y se puso en contacto con artistas como Picasso, Magritte y Miró. Esto llevó a su primera fase en el surrealismo. La obra de Dalí comenzó a explorar tres temas: El universo y la sensación humana, el simbolismo sexual y la pictografía.
Incluso antes de este período, Dalí era un entusiasta lector y fanático de las teorías del neurólogo Sigmund Freud. Las criaturas y espacios psíquicos, surrealistas y alucinatorios que se originaron desde el interior estaban en marcado contraste con su técnica de pintura clásica influenciada por los artistas del Renacimiento.
Después de conocer al amor de su vida, su musa Gala en 1929, lograron el estatus de estrella como pareja que hoy conocemos.
Su ambición desenfrenada y su decisión de convertirse en un genio le llevó a una altura sin precedentes. Como él mismo dijo: «Cuando tenía seis años, quería ser cocinero. Cuando tenía siete años, quería ser Napoleón. Desde entonces, mi ambición ha seguido creciendo al mismo ritmo».
Después de la Segunda Guerra Mundial, se trasladó con su esposa a los Estados Unidos donde comenzó su período clásico de obras de arte. Dalí se fascinó por la religión y los descubrimientos científicos de su tiempo. Además, Dalí aprendió a trabajar comercialmente: en 1969, diseñó el logo de la reconocida marca de caramelos Chupa-Chups.
En 1988, Dalí fue trasladado al hospital de Figueres con un corazón decaído. Murió en 1989 y fue enterrado bajo el Teatro-Museo.
En Moco, creemos que el arte está ahí para cambiar el mundo.
Nuestro mundo interior y las posibilidades humanas se incrementan a través de la imaginación de los artistas. La apertura de la mente y la capacidad mental de la humanidad pueden ser llevadas a alturas cada vez mayores y, en este sentido, Salvador Dalí fue un modelo a seguir. Como él mismo dijo una vez: «Yo no hago drogas, soy droga».(Moco press-release)
Imagen: Claude Lina