Juan Muñoz (1953-2001), el ladrón irreverente de la Historia del arte, vuelve al Museo del Prado como estrella invitada. El escultor madrileño siempre se inspiró en artistas de otras épocas, con especial predilección por el Renacimiento y el Barroco.

«Puedo tomar de los artistas anteriores lo que quiera y lo que necesite…No tengo ningún problema en reconocer que la Dama de Baza es tan importante para mi obra como un tubo de neón: de la historia del arte robo todo lo que puedo«, Juan Muñoz

La exposición Juan Muñoz. Historias de arte puede verse en las salas C y D del Edificio de los Jerónimos pero las esculturas también saludan a los visitantes que se acercan a la Puerta de Goya o van de camino a la Puerta de los Jerónimos. En este espacio se han dispuesto Trece riéndose unos de otros, un conjunto escultórico concebido para la capital cultural de Oporto en 2001, que no pudo ver instalado al fallecer días antes de su inauguración.

El comisario de la exposición, Vicente Todolí, ha explicado que, en un principio, el encargo de la ciudad portuguesa era de 12 figuras, pero que Muñoz jugando con el elemento tradicional del comitente, la persona que encargaba el cuadro aparecía retratada, decidió incluir un decimotercer personaje.

El hombre número 13 era Armando, su chófer habitual durante muchos años, originario de una localidad cercana a Oporto, al que le dijo: «Voy a añadir una figura para que vengan los de tu pueblo a verte», según relata Todolí.

«La exposición es un paseo«, apunta su comisario que va del exterior hasta la sala más emblemática del Prado, la número XII, en la que Las meninas de Diego Velázquez comparten el espacio con una nueva vecina: Sara con mesa de billar.

 

Imagen: Sara on mesa de billar. Museo del Prado

Museo Nacional del Prado. Paseo del Prado s/n. Madrid

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