Guzpeña posee un estilo artístico muy personal, con estructuras arquitectónicas, objetos a medio camino entre el juguete y el artefacto mecánico, planos definidos, paisajes limpios. Escenas que suscitan la sensación de pequeños ballets mecánicos, todo dentro de un universo particular y mágico. Obras de colores planos y lineas de contorno que diferencian los espacios. Composiciones con una multiplicación de formas geométricas y orgánicas ligadas por líneas rectas, casi estructuras tubulares que actúan como lazos comunicantes. Pinturas que no tratan de reflejar el mundo que nos rodea, aquello que vemos, sino otra realidad producto de la imaginación. Al tratar de expresar esa visión interior las obras presentan retazos de formas conocidas manteniendo el recuerdo de una realidad reconocible.
Guzpeña